miércoles, 15 de julio de 2009

sí se puede soñar despierta

Cinco veces apaga el despertador hasta que consigue levantarse. Anoche el sueño no le entraba .
Son las 5:00 am. Se destapa y se viste. Sale de casa y da una vuelta a la llave, se la mete en el bolsillo interior de la mochila. Desciende en el ascensor desde el 6º hasta la 1º planta. Sale del portal y camina sin chocar con nadie, esquivando caras que se cruzan con su nuca. Mira hacia atrás mientras se acerca y se vuelve hacia delante mientras le tira de la mano. Se encuentra al instante abrazada a él, que le susurra: " Son las 4:00 am, es tarde, hasta mañana princesa". Y juntos se van a un bar con cielo acristalado y sillas de acero. Llenan vasos de ron. Salen del lugar . Él sonrie y ella le pregunta: ¿una copa? Él responde: "Es tarde, son las 9:00 pm, mañana madrugas, aunque yo no". Y ella le dice: Estoy llena de arena y sepo a sal. Él mordisquea la oreja y se quitan la ropa. Se duermen uno al lado del otro, toalla con toalla, con el ruído del mar y de los niños de fondo. Se despiertan. Él se viste, le saluda y se va mientras le mira sonriendo.
Son las 8:00 am, no ha dormido, pero irá a trabajar. Ahora lo ve en el cruce de la calle Verdi con Travessera de Dalt. Y saborea sus labios que hoy sabrán a frutas del bosque.