lunes, 15 de marzo de 2010

cambios que no cambian nada

Siempre es posible cambiar, pero Juliette lo hizo en el peor momento, como siempre.
De pequeña su madre le ponía zapatos de niño porque tenía los pies demasiado anchos para llevar manoletinas o zapatos de hebilla. Después se pasó a las playeras, siempre negras, que combinaba con cualquier prenda de su armario ya que sólo vestía chandal. Su madre siempre le regañaba "Hija, arréglate un poco más que pareces un marimacho." Pero, a pesar de que entonces ya podía usar zapatos o incluso botas, ella no se lo planteaba. ¿Por qué tenía que ir tan arreglada si es más incomodo?
La primera falda se la puso con 18 años. Justo el día después de ver a su mejor amiga besando al chico que le gustaba detrás de los setos del colegio. Pensó que igual si de repente daba un cambio, Marcus se fijaría en ella. Pero era demasiado tarde. Clarice llevaba desde los 14 años las minifaldas más cortas de la clase y con su discreta falta azul marino de vuelo no tenía nada que hacer.
A los 25 años, el día de su licenciatura en Químicas se puso sus primeros tacones y a las 12 de la noches, justo en el momento de ir a la fiesta en la discoteca tuvo que pedir un taxi para que le llevara al hospital más cercano.
Ahora a sus 35 años tenía un armario más o menos completo. Vaqueros, trajes, vestido ligeros e incluso de noche, tacones, planos, botas altas, sandalias de esparto y zuecos de madera.
Se casó con su jefe de laboratorio y chatea con hombres todas las noches antes de irse a dormir.
Si toda la vida de Juliette ha sido un desatino, desde los detalles más puntillosos hasta las básicas, esta vez Juliette se ha superado.
Y mientras llueve y en tacones de aguja rojos busca desesperada a Marcus por el pueblo en el que se crió, a las afueras de Zamora, para preguntarle si realmente nunca sintió nada por ella. Si realmente ahora era feliz y si su vida ha estado tan vacía como la suya. Pero Marcus ya no ve ni oye ni siente. Sobre el mármol frío mueren las gotas que riegan las flores marchitas de hace semanas y limpia los recovecos de su nombre y apellidos junto a la fecha 1998.

2 comentarios:

  1. Esto es lo mejor que has escrito hasta ahora.
    Al menos para mí, así te lo digo.
    Muy bueno. Sí. Wow.


    ^^

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