jueves, 5 de noviembre de 2009

café a las 11

Sentados uno enfrente del otro, esperando dos cortados, charlan animada y concentradamente. Él la absorbe con la mirada mientras pega sorbitos a su café y la toca la pantorrilla con la mano, que se hace hueco entre la larga falda negra de estilo hippie. Ella habla continuamente y se alborota el pelo de vez en cuando, sin inmutarse ni un pelo cuando él le acaricia.

Continuamente la conversación es interrumpida por la alegre canción del móvil de ella, que saca del bolso verde de charol situado encima de la mesa. A él no parece molestarle ese entrometimiento de una tercera persona. Es más, la observa con aún más pasimonia y la comisura de sus labios se arquean ligeramente hacia arriba.

Aproximadamente ambos compartirán la edad de 70 años, pero sus actitudes son más de jóvenes de 25 años que recién acaban de introducirse en la vida de la "gente adulta".

Quién pudiera conservar esa mirada inocente! Quién puede después de haber vivido más de media vida conservar la ilusión y ganas de vivir... tiene un tesoro que nadie puede robar, tan sólo ser deseado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario