lunes, 16 de noviembre de 2009

un sábado cualquiera

Rebota en mi cabeza el alcohol de ayer. Mi ropa ha impregnado mi cuarto de olor a miles de cigarros y a calor humano. Mis piernas resentidas por los bailes de ayer piden desde la cama el sofá del salón. Mi cabeza pide ducha. Mi estómago unos espaguetis con tomate. Y yo, yo simplemente pido que llegue esta noche ya para volver a salir y olvidarme de todo el día de mierda que voy a tener hoy.

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